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Winds of Freedom | Hiccup Haddock ?

Fanfiction

[ LIBRO DOS ] WOF | ?COMO LAS ESTRELLAS PERSIGUEN AL SOL, ELLA FORJ? SU CAMINO HACIA LA LIBERTAD? Hubo un inicio y un final durante la vida de Sigrid Whiterkler. Y ese inicio, fue marcado por dragones. (NO leer sin haber ledo CROWN primero.) Queda...

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El ruido hasta ese momento, no era incómodo. Preferible eso a escuchar los lamentos de las bestias en el interior de sus jaulas. Por unos instantes fue así, hasta que giró hacia una de las grandes jaulas. El dragón que estaba adentro consiguió hacerse oír a través del bozal que ataba su mandíbula, captando su atención. Alzando la linterna, observó al dragón robusto y golpeó con su lanza parte de los barrotes.

—¡Silencio!

El dragón soltó un aullido lastimero, antes de encogerse dentro de la oscuridad de su jaula. Ivar, satisfecho consigo mismo, devolvió la mirada hacia el frente.

Vientos extraños se apoderaron del aire, motivo por el cuál no prosiguió su caminata. Una forma extraña se formó dentro de la neblina, entrecerró sus ojos para tratar de divisar algo, pero al no hacerlo extendió la mano donde sostenía la linterna. Parecía ser una silueta de un hombre, demasiado delgado para tratarse de un dragón o algunos de sus compañeros robustos por beber tanto hidromiel. De su mano izquierda llamas flamantes iluminaron lo que pareció ser el contorno de una espada y toda su silueta consiguió traspasar la espesa neblina que les rondaba.

—¿Qué... eres? —preguntó con curiosidad, aún sostenía la linterna a la altura de su cuello, aunque pudiese ver el reflejo del hombre con su espada de fuego.

El individuo no se movió, con un traje negro que lo cubría de pies a cabeza, podría tratarse de cualquier ser proveniente de un lugar penumbroso. Ivar el Tonto aguardó, con el pecho en alto y la mirada atenta. Sin embargo, el extraño no dio señales de dar un movimiento con aquella espada; en su lugar, alzó el dedo índice de su mano derecha y se la llevó a los labios.

«Shhh...».

Sin darle tiempo a procesar lo ocurrido, un nuevo gruñido se escuchó detrás de él. No parecía ser proveniente de los dragones enjaulados, con el bozal sus gritos sonaban distorsionados. Este fue una advertencia, sorprendido, se dio la vuelta para encontrarse a la criatura descender de la jaula contraria, la mayor parte de su cuerpo se camuflaba, pero ciertas zonas se iluminaban de un azul luminiscente que erizaron los vellos de su piel. Ese dragón era la oscuridad misma. Había escuchado de él incontables ocasiones.

El dragón aterrizó suavemente sobre el piso del barco e Ivar no perdió el tiempo. Atacar al individuo sonaba mejor idea que ir por el dragón, así que eso hizo. Para su desgracia, el extraño esquivó su primer ataque con facilidad, fue una lucha corta. Ivar no previó lo peligroso que era luchar contra un oponente que portaba un arma de fuego, su lanza se enganchó al centro de esa extraña espada, dejándolo indefenso ante el desconocido y su dragón. Un Furia Nocturna.

Desesperado e imponente, Ivar lanzó su linterna con la esperanza de que el fuego fuera su aliado. El artefacto chocó contra el cuerpo del individuo y cayó sobre el suelo generando una pared de fuego que los separó el uno del otro. Ivar el Tonto observó impresionado las llamas levantarse por encima de ellos. El fuego no era un impedimento para ese hombre y su Furia Nocturna; atravesaron las llamas y se abrieron paso como dos seres provenientes del mismo Muspelheim.

—¡Aaahhhhhh! —exclamó Ivar, tras comprender a lo que se enfrentaba. Retrocedió lo más que pudo de su atacante y señaló con un dedo tembloroso, una vez su mente hubo atado cabos—. ¡Eres un demonio!

El demonio dio un vistazo hacia ambos lados, antes de precipitarse apresuradamente en su dirección.

—¡Shhh! —El extraño extendió sus manos y sacudió la cabeza—. ¡No! ¡No! No lo soy... ¡No soy un demonio! —aclaró. Con su mano enguantada, el extraño abrió su casco para mostrar su rostro. Un rostro bastante juvenil como para pertenecer a un demonio, pero Ivar no bajó la guardia—. ¿Ves? —Sus comisuras se elevaron un poco—. Soy igual a ti, de carne y hueso. Y solo vine a rescatar dragones, entonces...

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