—Esas no son las maneras de pedírmelo —replicó el azabache con su sonrisilla de suficiencia—. Un poco de amabilidad no te vendría mal.
Idunn bufó e hizo un ademán para lanzarle lo primero que se encontrara. A los pocos minutos, el pelinegro se aproximó hasta ella y se tumbó a su lado.
—Dios, estás tiesa —señaló, cuando sintió el frío en el cuerpo de la pelirroja. Una pequeña sonrisa curvó sus labios—. Puedo abrazarte sí gustas.
—No gusto de ello, cállate.
—Como me órdenes.
Idunn apretó sus labios para que el pelinegro no se percatase de su pronta sonrisa, a punto de formarse en sus labios. Negó con la cabeza y le dio la espalda, cerró los ojos para intentar dormir y resopló cuando una nueva ráfaga de viento helado se coló por la abertura del montículo.
—Acércate más, no muerdo, desde aquí te puedo escuchar —murmuró Daven, su vista fija en el techo de roca—. Toma mi mano, mi temperatura corporal es más cálida.
La ojiazul lo meditó solo por unos segundos, la presencia del kainiano sin duda mejoraba su temblor, pero al aproximarse más al pelinegro, comprobó que estaba en lo correcto. Daven estaba más acostumbrado a ese tipo de clima, por ello no temblaba tanto como ella. Su calidez le permitió acurrucarse sin temblar y al cabo de unos minutos, pudo acostumbrarse a las ráfagas del viento frío, hasta que se quedó dormida.
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Había una mujer bajo las ramas de un fresno viejo, tenía el cabello canoso trenzado y usaba una vestimenta andrajosa. Un par de cuervos graznaron sobre el cielo y el viento fresco bailó alrededor de ese viejo fresno y de ella misma. No supo porque estaba ahí, pero la vio con increíble curiosidad. Las manos de Sigrid acariciaban el pelaje suave y esponjoso de Vendaval, su nuevo amigo lobo, pero su vista estaba fija en aquella extraña mujer que tenía al frente.
El cielo rugió dando la bienvenida a una próxima tormenta, la mirada de Sigrid se desvió un poco hacia las nubes sobre el cielo, de una tonalidad opaca y a los pocos rayos de sol que emanaban desde el este de Fair. Pudo ver los rayos formarse sobre las nubes, entrecruzados unos con otros, de un color plateado intenso y luego, los graznidos de los cuervos pasando hicieron que su piel se erizara.
—Woden, Woden, Woden, Woden...
Su corazón latió de un sobresalto tras escuchar la voz de la mujer, desvió la mirada del cielo y el viento helado acarició su cuerpo. No hizo ningún movimiento, ¿qué es lo que pasaba? La mujer siguió repitiendo la misma palabra durante un tiempo indefinido, hasta que la palabra quedó grabada en su memoria. El viento comenzó a azotar con fuerza cuando la voz de la mujer dejó de ser un simple susurro y completó la oración en su lengua natal. Por más que intentó, no pudo comprender lo que decía, las palabras eran extrañas y confusas, pero su mente aún divagaba en la palabra «Woden» y una serie de imágenes comenzaban a salir desde los rincones profundos de su don.
—Dime qué es lo que ves —pidió la mujer, parando en sus oraciones—. Woden tiene un mensaje para ti.
Giró su cuerpo hasta quedar frente a Sigrid y la piel se le erizó cuando vio sus ojos vacíos, oscuros.
—¿Woden? —Ella levantó una ceja sin saber qué decir, la voz de la mujer aún se repetía en lo profundo de su memoria y las imágenes que se presentaban en su cerebro eran difusas—. Lo siento, no puedo entender a qué se refiere.
—Woden te está mostrando algo —prosiguió la mujer y se acercó lo suficiente para tomarla con increíble fuerza de la muñeca. Vendaval le enseñó los colmillos, pero a ella pareció no importarle—. Concéntrate, dime lo que ves.

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Winds of Freedom | Hiccup Haddock ?
Fanfiction[ LIBRO DOS ] WOF | ?COMO LAS ESTRELLAS PERSIGUEN AL SOL, ELLA FORJ? SU CAMINO HACIA LA LIBERTAD? Hubo un inicio y un final durante la vida de Sigrid Whiterkler. Y ese inicio, fue marcado por dragones. (NO leer sin haber ledo CROWN primero.) Queda...
XVIII: whispered souls
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