Solamente habían pasado tres meses desde lo ocurrido, aún las heridas seguían abiertas y ninguno de los dos sabía cuando las cosas mejorarían. Hipo había perdido a su padre medio año atrás, el dolor seguía, pero ya podía seguir adelante, tratando de apoyar a Sigrid como ella lo había apoyado a él, aunque fuese difícil. Su ascenso al trono había sido duro para todos, el pueblo tenía una reina rota a punto de rendirse... Pero Hipo, él no dejaría que eso pasara, estaría ahí para ella pese a las adversidades, pese a sus obligaciones como Jefe de Berk.
—Pensé que te alegraría verlo —continuó Hipo, cargando entre sus brazos a Señor Bigotes que había dejado de ocultarse entre las estanterías para dormir todo el día debajo de las mesas en las cocinas. Claramente Señor Bigotes sabía que su dueño no estaba más con él, pero incluso continuaba buscándolo y Sigrid solo se preguntaba, ¿cómo decirle que no volvería a ver a Bastón?—. Todo va a mejorar, te lo prometo.
Sigrid se giró para verlo con los ojos enrojecidos y sonrió sin mostrar los dientes, por el intento de animarla. Estiró sus brazos y tomó a Señor Bigotes para colocarlo sobre su regazo, el gato ronroneó y se acurrucó entre sus piernas.
—Has hecho mucho por mí —comentó al cabo de unos segundos, acariciando el pelaje blanco del gato. Sus orbes solares se conectaron con los de Hipo, que parecían un valle infinito, como un mundo entero—, no tienes porque verme así o venir, de verdad. Entiendo que tienes otras obligaciones en Berk.
—Sigrid...
—Sabes que es así, Astrid me lo dijo la semana pasada. —Suspiró y lo miró con cariño agradecido, con su mano libre buscó la de él y la entrelazó con la suya—. Estaré bien, s-s-solo, necesito tiempo.
Tiempo.
Eso había dicho a la semana y había pasado un mes completo sin querer salir de sus aposentos. Encerrada en el dolor que creía que merecía, no había dejado a nadie acercarse, no había querido comer y debido a ello había perdido una cantidad de peso considerable. Pese a los intentos de Said, Kristoff o cualquier otro queriendo ayudar ella no cedió, ni siquiera con Hipo. No hasta que pasó un mes y supo que no podía continuar así, no podía dejar a la gente de lado y el reino desorganizado. El peso recaía sobre ella, de ella era la corona y era su deber mantener el orden, no podía derrumbarse, no más y apenas lo estaba asimilando.
—Synn —dijo lentamente Hipo, acercó su mano desocupada hasta su mentón para hacer que la mirase lentamente y cuando sus ojos encontraron los suyos, continuó—, no importa el tiempo que pase, yo estaré aquí... Tienes que confiar en mí, ¿lo haces? —Ella asintió sin dudarlo y abrió la boca para decir algo, pero Hipo continuó—. Vamos a poder, Synn.
Aquellas palabras, no importaban las veces que tuviera que repetirlas para que se diera cuenta de que no estaba sola, las seguiría diciendo hasta que pudiese levantarse y continuar. Ayudarla a continuar, ayudarla a seguir adelante.
Con un suspiro, Hipo miró como ella fijó su vista en el vacío, sin responder. Su cuerpo estaba ahí, pero su mente seguía pensando en los acontecimientos de meses atrás. Las noches que se quedaba en Kain era incapaz de dormir al estar preocupado por ella, las pesadillas la perseguían del recuerdo del cuerpo de su padre y las heridas que habían marcado su piel antes de arrebatarle la vida. No importaba lo que él dijese, ella no lograba conciliar el sueño, ella no quería continuar.
A punto de bajar la cabeza, vio como ella giró su rostro para verlo y apretó su mano.
—Lo voy a intentar.

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Winds of Freedom | Hiccup Haddock ?
Fanfiction[ LIBRO DOS ] WOF | ?COMO LAS ESTRELLAS PERSIGUEN AL SOL, ELLA FORJ? SU CAMINO HACIA LA LIBERTAD? Hubo un inicio y un final durante la vida de Sigrid Whiterkler. Y ese inicio, fue marcado por dragones. (NO leer sin haber ledo CROWN primero.) Queda...
I: stars and tears
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